02/04/2016

Ciencia ficción
Sinopsis
Seis días atrás el astronauta Mark Watney se convirtió en uno de los primeros hombres  en caminar por la superficie de Marte. Ahora está seguro de que será el primer hombre en morir allí. La tripulación de la nave en que viajaba se ve obligada a evacuar el planeta a causa de una tormenta de polvo, dejando atrás a Mark tras darlo por muerto. Pero él está  vivo, y atrapado a millones de kilómetros de cualquier ser humano, sin posibilidad  de enviar señales a la Tierra. De todos modos, si lograra establecer conexión, moriría mucho antes de que el rescate llegara.
Sin embargo, Mark no se da por vencido; armado con su ingenio, sus habilidades y sus conocimientos sobre botánica, se enfrentará a obstáculos aparentemente insuperables.

Por suerte, el sentido del humor resultará ser su mayor fuente de fuerza. Obstinado en seguir con vida, incubará un plan absolutamente demencial para ponerse en contacto con la NASA.
Mark Watney hace parte del Programa Ares, para ser especifica, a la misión Ares 3, la cual debía durar treinta y un días. Por desgracia, una tormenta de arena con fuertes vientos que azotaban absolutamente todo lo que se atravesaba a su paso fue la causante de que la misión se tuviese que cancelar en el sol 6. Pero por una «secuencia absurda de hechos», Watney es dejado en un planeta que amenaza con su existencia y sin ningún medio a su disposición para comunicarse con la Tierra.

El libro nos muestra dos perspectivas: a un astronauta, botánico e ingeniero mecánico, que nos presenta de forma cronológica su diario vivir, según los soles que pasa en Marte; y a la NASA, por no decir toda una humanidad, empeñada en traerlo de vuelta.


Qué pedazo de inicio tan jodidamente insuperable que tiene este libro. Una presentación asombrosa la que ha hecho Miquel Barceló. Les puedo asegurar que estas primeras siete páginas son oro puro.

Mark es un hombre destinado a vivir, y si no fuese así, él de todos modos haría más de lo que está al alcance de sus manos para cambiar eso. Ahora, él está rodeado de silencio, un silencio abrumador que no consigue llevarlo a la locura. La música disco y las novelas de los setenta, son su única compañía, lo único que tiene en este desolado y árido planeta para no morir de aburrimiento. Díganme, qué puede ser tan terrible para un ser social como nosotros que la soledad. 

«Pero ahora el silencio era mortal. Era un silencio siniestro, difícil de describir.»

Este personaje posee un humor de lo más retorcido, se burla de su propia desgracia, sabe que podría estar más jodido de lo que ya está así que sólo le queda lo gracioso que halle en cada situación. 

«Mi trasero está contribuyendo a mantenerme vivo tanto como mi cerebro.»

En mi ultimo año de colegio aprendí a amar la química, así que al principio me sentía a gusto con ella, pero después Mark me hizo detestarla un poco. Me mataba la cabeza tratando de entender cómo rayos Mark conseguía agua a partir de: «coges hidrógeno, le añades oxígeno, lo quemas»; suena fácil la receta ¿no es así?, pero es mucho más complicada de lo que parece. Al principio se hace tan pesado no entender muy bien cómo se dan las reacciones o si estas sí son correctas. Ésto provocó que dejara el libro de rabia y un tanto de frustración, pero como una niña pequeña a la que se le pasa la rabieta lo retomaba buscando la diversión que me producía aquel astronauta. 

Dicen que "la esperanza es lo ultimo que se pierde" pero en realidad nunca está perdida, ni siquiera al final se pierde, ésta nos muestra que puede haber algo mejor, algo por lo que vale la pena vivir.  

«La vida es asombrosamente tenaz. Se resisten a morir tanto como yo.»

Exquisita. La novela de ficción que más sonrisas me ha arrancado. Con un personaje inolvidable que con esmero fue construido. Además, ya no me siento tan profana en la materia de «cómo funcionan las misiones a Marte».

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